Celda 211

NOTA (sobre 5): ****

"La esperanza es lo último que se pierde"
Estamos todos hartos de oir que en España no se hace buen cine. Daniel Monzón, sin embargo, ha decidido deleitarnos con una de esas películas españolas que se saltan la anterior afirmación.

Juan Oliver, nuestro protagonista, funcionario de prisiones, decide ir al trabajo un día antes de su incorporación para ponerse al día, dejando en su casa a su mujer embarazada. Desafortunadamente, a los pocos minutos de entrar, se desarrolla un motín en el sector donde residen los presos más peligrosos, y Juan, que se había desmayado en una de las celdas desocupadas tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza, es abandonado allí por sus compañeros, que tubieron que huir de la cárcel.
Esta simple introducción le ha valido al director para crear una atractiva historia sobre cómo Juan se hace pasar por un preso más para sobrevivir, a la vez que tiene que sufrir por no poder hablar con su mujer, lo que más quiere en el mundo.
No quiero desvelaros el final, pero he de deciros que los protagonistas serán la astucia, el engaño y que Juan tendrá que hacer frente a situaciones muy dolorosas.

La película tiene humor, intriga y drama. El director de fotografía, Carles Gusi ("Torrente, el brazo tonto de la ley", entre otras) ha hecho un trabajo escelente con la luz y las sombras y ha logrado transmitir en cada momento el calor y la frialdad necesarias. Por otro lado, los actores no son muy conocidos, lo que le ha aportado una imagen original, y un cartel diferete al que acostumbramos a ver últimamente. Tanto Alberto Ammann (Juan), como Marta Etrura (Elena), Luis Tosar (Malamadre) y el resto del reparto han hecho un trabajo escelente en este largometraje.

Enhorabuena, Daniel Monzón.




POR: Sandra Besga Palop